las rondas urbanas, utilizaron el miedo, para acatar el paro |
Las rondas urbanas en éste último paro, anti proyecto conga, han sido utilizadas, para radicalizar la protesta, violentarla e incentivar el miedo en la población, tachando así, su razón de ser, proteger a la ciudadanía, ser democráticos y participativos.
Si bien es cierto todas las personas tenemos el derecho a expresarnos, y tenemos el deber de velar por los propios derechos y de los demás. De buscar nuestra propia seguridad, de recurrir al abastecimientos de beneficios, oportunidades económicas, de desarrollo profesional y personal.
El paro, tenía el slogan de defender la vida, el medio ambiente y el agua, pero de una forma hipócrita no se mencionaban intereses económicos. El paro de la última semana de noviembre ha sido una catarsis social.
Dirigentes de varias organizaciones, llamaron a acatar el paro. Los supuestos líderes se hicieron presentes, para guiar a sus rebaños, para gritar por la vida y el agua, y mandar a la mierda a la mina, al presidente y a las inversiones. De un modo muy irónico, en esta una sociedad capitalista, manejada por una economía lineal, con recursos extraíbles, donde tenemos un índice del 41% de pobreza en la región según FONCODES.
Casi una semana de paro, ha afectado la economía de todos los Cajamarquinos, pero entonces ¿por qué han acatado el paro si esto perjudica su economía?, la respuesta es muy simple, se aplica la técnica del miedo.
Pinchar llantas, saquear tiendas, mercados, bloquear carreteras con piedras, y todo lo que se ha podido apreciar, es por el miedo, y la gran sensación de creer que eres partícipe de algo significativo. De algo trascendente.
Los ronderos estuvieron allí para infligir el miedo, claro que no han sido autores de todos los accidentes y perturbaciones hacia la tranquilidad social, pero eran los que con vinzas, palos y cualquier otro artilugio, amenazaban a la “inconsciencia” de no defender la vida, y unirse a sus compañeros.
Por tanto, es que en la sociedad de Cajamarca, la percepción que se tiene de las rondas urbanas es que se los trata como ignorantes, salvajes, que sólo dan maja, no se los respeta por su causa, se les tiene miedo porque reparten maja a todo dar. Por eso es que entonces los dirigentes y los mismos ronderos deben ser consientes de ello, y hacer algo por configurar esa percepción de la sociedad. Claro, que depende también de la población, a ser más inteligente y liberarse de prejuicios y darse la oportunidad de conocer quiénes son los ronderos, cual es su capacidad como también sus incapacidades, porque en este sistema cada uno de nosotros somos un engranaje, y aunque queramos o no, ayudamos a darle cuerda.
Michael Santa Cruz Sacsachin
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